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El jazz de "Waltico" invade el centro de Lima

"Cuando la gente pasa y reconoce el arte. Cuando se emocionan de ver un músico en la calle, eso es  gratificante".

Por Antonio Álvarez

 

Walter Borjas reza antes de empezar a almorzar. Agradece al Señor por los alimentos y se persigna. Debe cerrar los ojos para no desconcentrarse. Los abre y no termina de dar la primera cucharada cuando de pronto alguien lo saluda con mano alzada desde afuera del restaurante. Corresponde el gesto y cuando no han pasado ni treinta segundos se escucha una voz decir: "Waltico, qué buena tocada que te diste. Buena mi hermano". "Waltico" sonríe y agradece el gesto.

 

Así se hace llamar este talentoso músico. Y ese es el mismo seudónimo que usa cuando alguien le pide un autógrafo.

 

Charlie Parker es uno de los grandes ídolos del jazz y principal referente de "Waltico", quien lleva en su estuche de saxofón el sueño de alguna día alcanzar el éxito de su estrella mundial. Por ahora se conforma con la fama ganada en las calles de Centro de Lima, donde su mágica melodía deleita los oídos de quien lo escucha tocar. Y es que sea jazz o bolero, su música cautiva a cualquiera.

 

Es su pasión y esa pasión la convierte en agradables sonidos capacez de crear un ambiente de armonía en pleno bullicio capitalino. Esta calma que produce es recompensada por el público cuando le compra sus discos, mediante aplausos o algunas monedas.  Tras una hora de conversación  mira su reloj, se limpia con servilleta y coge su maleta. Se prepara para hacer de la calle su escenario. Cancelamos la cuenta y antes de retirarnos añade: "Vamos que el tiempo es oro y para mí el oro es plata. 

"Aporto al país difundiendo el arte y la cultura musical. Esperando que la gente tome conciencia de lo que es la música en general".

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